viernes, 2 de diciembre de 2011

Déjame admirarte mientras te deseo.


Sentir un corazón palpitar rápidamente y saber que ese palpitar te pertenece. El roce de sus labios hace que se libere por tu cuerpo una sensación que relaja cada uno de tus músculos haciendo que te eleves sobre el mundo, haciendo que toques las estrellas. Su olor, una especie de droga sin la cual no puedes vivir, de la que no puedes escapar y que te envuelve en el momento más inesperado. Esa luz que hace que brillen sus ojos de una manera sobrenatural y pensar que dos pequeñas estrellas están ahí secuestradas sin poder ser libres como tu cuando estas cerca de ellas. No eres libre de tus pensamientos por que todo esto siempre está presente en tu mente.

Los olores, los colores, los sabores… todo te evoca a ese mundo de dos. Un mundo perfecto y sin aparente solución que se guía solo por el corazón. Dan igual las palabras, solo valen los hechos y los sentimientos. No tiene salida, no tiene fin, solo son caminos que llevan al infinito. Te aviso, no te dejes guiar por el conejo blanco, no seas Alicia. Te recomiendo, vive en este mundo hasta que llegues al ártico.

Vanessa