jueves, 6 de junio de 2013

Siendo breve y llegando a la locura.

¿A qué juegas? Intentas ser una escritora de éxito cuando realmente no sabes contar historias. Ahí esta la gracia de la escritura, la red que hay detrás de nuestros relatos que nos sostiene. Esconder nuestra historia, nuestro sentir, nuestras lágrimas y nuestras risas detrás de historias creadas, modificadas a nuestro gusto y vista. Complejo de Ana María Matute que nos hace soñar que algún día recibiremos un premio, una alabanza por parte de un público algo oscuro y tenebroso.
Imágenes sensoriales y sexuales plasmadas a través de las palabras. Arañazos deshechos rajando un papel. El humo de un cigarro que se mezcla con el sabor de un café. Un alma negra tupida con un velo de viuda, viuda negra que deja atrás a todos los hombres que toca.
Empecé con un tema y desvarío a otro. Símbolo de que en mi cabeza hay más de una idea navegando, enredadas unas con las otras en una especie de ovillo gigante con el que juega un gato desahuciado. Idas y venidas de una mente un tanto desequilibrada, mezcla de unas ilusiones rotas y de unos deseos inútiles no satisfechos. Un resquicio de idea que me asegura que las noches no son para dormir. Frases inconexas, ilógicas e improcedentes que no sé si salen de mi corazón o de mi mente maltratada.