lunes, 13 de enero de 2014

Y que la sombra de la Luna nos refugie.

Escribir bajo la luz de la Luna y recostarme en tu regazo. Adormecerme entre tu pelo y soñar con las estrellas de tus ojos. Tocar una sinfonía en los lunares de tu espalda y aprender un nuevo idioma en tus labios. Respirarte al oído y gemirte en la nuca. Compartir una copa de champán y dejar mi carmín en el frío cristal. Una huella más de este sentido delito. Una forma más de demostrarte que es muy fácil hacerme caer. 
El monstruo de mis sábanas comparte conmigo almohada las noches de Luna llena. Me aúlla a las doce y al amanecer desaparece entre mis pesadillas. 
Pero yo también guardo mis secretos. Y en aquel cajón de allí, escondido entre la lencería fina, está el perfume que te vuelve loco. Ese que sólo utilizo cuando mis terminaciones nerviosas me aseguran que vas a volver. 
"Loca" me dijeron la primera vez que lo conté, pero no se dan cuentan que el motivo de mi locura eres tú y que compartes papel con el terapeuta que me intenta imponer sentido. 
Nueva escena, llena del humo de tu puro. Has vuelto a aparecer después de, lo que han sido para mi, miles de noches en vela refugiada en alcohol. 
Borracha de sentimientos que he acumulado y dispuesta a hacerles justicia. Un juicio justo para mi y mi condena. 
Perdóname por no cantarte esta noche, ansiaba tanto tu vuelta que hasta mis cuerdas vocales te sienten y se distraen con el roce de tu piel. Benditas noches que te traen de vuelta. A ti y a tus manos que me hacen perder la razón. Las mismas que hacen de desnudarme, todo un ritual.
Besos en la clavícula y delicadeza al bajar la cremallera de mi vestido. Mis manos, temblorosas aunque seguras, llegan a los botones de tu camisa. Lo que queda por llegar, se lo dejamos a la piel. Mar de sábanas y olas de nubes horas antes de la salida del sol.
He dejado de susurrarte que te quedes conmigo pero por qué no intentarlo una vez más. Sólo te pido que cuando llegue el amanecer no desaparezcas. Intenta seguir aquí, aunque sea sólo esperando a la noche que los dos tan ansiadamente queremos que llegue.
Recuerda, tenemos un rito por hacer y alguna cosa que otra por sentir.